Hospital de peregrinos San Antonio Abad

Hospital de peregrinos San Antonio Abad

Localidad: Villafranca Montes de Oca Fundado en 1380 por la reina de Castilla, Juana Manuel. Hospital fundado en el siglo XIV. Tras su portada de los siglos XV-XVI se encuentra el patio con restos del XV. Institución jacobea que ha sobrevivido hasta fechas recientes. Actualmente e albergue de peregrinos.

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Real Hospital de Peregrinos

Real Hospital de Peregrinos

Localidad: Villafranca Montes de Oca Hito fundamental en la configuración del Camino de Santiago, era etapa intermedia entre Santo Domingo de la Calzada y Burgos, en la que los peregrinos se preparaban para afrontar el peligroso paso de los Montes de Oca, el "Nemus Oque", citado por Aymeric en 1143. De patronazgo real, el Hospital de la Reina, como se le conoce, fue con el Hospital del Rey en Burgos, centro en el que la corona atendía a los peregrinos y pobres de la provincia, el más rico y mejor dotado después de aquel. Famoso por su riqueza y caridad, y cantado por numerosos escritores, es Presidenta de Honor la Reina Sofia. ---- Hospital fundado por la reina Juana de Manuel en el año 1370 sustituyendo a otro anterior citado en el siglo XII. Provincia:BurgosLocalidad:VILLAFRANCA-MONTES DE OCACP:9257Teléfonos:947 582072 (Ayto)

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Museo Arqueológico, Etnográfico Aucense

Museo Arqueológico, Etnográfico Aucense

Localidad: Villafranca Montes de Oca CONTEXTO ARQUEOLÓGICO Los diversos materiales arqueológicos depositados en la Casa del Concejo fueron hallados de forma casual en yacimientos del entorno y se encuentran custodiados en este lugar fruto, en la mayoría de los casos, de donaciones particulares. Junto a la mayor parte de los materiales consta su procedencia lo cual ha sido de gran ayuda a la hora de conocer de qué enclaves arqueológicos proceden, todos ellos registrados en el Inventario Arqueológico Provincial (I.A.P.). Tras la consulta del I.A.P. se ha conocido que diversas intervenciones arqueológicas han llevado a que en este municipio se encuentren catalogados 17 enclaves arqueológicos (2 en la localidad de Ocón y 15 en Villafranca). A continuación se muestran los datos más representativos (tomados del IAP) de los aquellos yacimientos de los que proceden parte de los materiales arqueológicos custodiados en la Casa del Concejo. Por otra parte, se ha realizado una consulta en el STC a fin de conocer las intervenciones arqueológicas –prospección y/o excavación- que pudieran haberse llevado a cabo en este término municipal, habiéndose hallado un total de 10 informes técnicos1. A continuación se exponen los datos más representativos de las excavaciones arqueológicas realizadas en enclaves de los que proceden parte de los materiales custodiados en la Casa del Concejo. ¾ Manero Sáez, C (1988): Durante la segunda semana de agosto de 1988 Carlos Manero Sáez realizó una intervención en el Real Hospital de San Antonio Abad, construido en el siglo XVIII, si bien reaprovecho una construcción anterior del siglo XII. La intervención tuvo lugar con motivo del proyecto de restauración del edificio. Se trabajo en la limpieza del refectorio y dormitorio y se excavó en una habitación interior ciega contigua al refectorio. Se realizaron dos sondeos que permitieron documentar niveles de pavimentación, rellenos y echadizos. Entre los escasos materiales registrados se citan “restos de cerámica pertenecientes a cuencos o escudillas, con interiores vidriados de coloración amarillenta”, los cuales fecha en el siglo XVII. ¾ Manero Sáez, C. y Manuel, P. (1989): En agosto de 1989, estos dos arqueólogos dirigieron una nueva intervención en el hospital de peregrinos, con el mismo motivo que generó la anterior. A partir de la planimetría se deduce que la intervención tuvo lugar mediante la realización de siete sondeos, que permitieron conocer el sistema constructivo y la evolución constructiva del edificio desde época medieval. Tanto por dicha planimetría como por los datos que aporta el informe, la mayor parte de los restos descubiertos se corresponden con restos constructivos, sin embargo, se desconoce si se hallaron restos muebles y si se depositaron en el Museo de Burgos. ¾ Manero Sáez, C. y Huarte, M.J. (1989): En octubre 1989 se realizó esta excavación en el yacimiento “Vega Bajera” con motivo del hallazgo casual en 1988 de un fragmento de mosaico romano durante las laboras de arada. La aparición de estos restos, tal y como se cita, comenzó a ser frecuente tras la concentración parcelaria y la realización de las tareas de arada con maquinaria pesado, especialmente en una zona con tierras de escasa potencia. Para su documentación se trazaron inicialmente varios sondeos, los cuales, en vistas de la proyección de los hallazgos, fueron ampliados. Entre los materiales hallados se encuentran vertidos modernos (lozas, vidriados) en los niveles superiores, teselas, TSH y restos constructivos romanos. La interpretación de los restos hallados llevó a interpretar que la excavación se realizó en una casa romana de la que se detectaron hasta cuatro habitaciones. ¾ ARCHEOS, S.L. (1992): Entre mayo de 1992 y 1993, Jaime Nuño, Carlos Manero y Fernando Pérez, con motivo de la restauración de la ermita de San Félix, realizaron una intervención en la zona del ábside, abarcando unos 16 m2, donde se documentaron restos constructivos, escasos materiales arqueológicos, fundamentalmente de época moderno-contemporánea y algún resto de TSH y dos estelas funerarias –procedentes de los yacimientos romanos del entorno- además de diversos restos humanos. III. INVENTARIO DE MATERIALES ARQUEOLÓGICOS Como ya se ha avanzado, la presente actuación ha tenido como objeto el inventariado de las piezas depositadas en las dependencias de la Casa del Concejo de Villafranca de Montes de Oca (Burgos), todas ellas procedentes de diversos lugares tanto del casco urbano como de varios yacimientos ubicados en su municipio. Como parte del trabajo desarrollado y a fin de facilitar la identificación de cada una de las piezas, se ha procedido a su siglado. Dado que esta intervención carece de un permiso específico concedido por la CTPC de Burgos, de acuerdo con los técnicos del Museo de Burgos, se ha optado por el siguiente siglado: en primer lugar consta el código provincial (09), seguido del municipal (431) y el año en curso (2010) siempre y cuando ha sido posible conocer la procedencia de los restos, se ha puesto en relación con la clave identificativa de cada enclave en el IAP y, por último, el número de registro de cada pieza. De este modo se han inventariado lotes procedentes de hasta 6 yacimientos registrados en el IAP con los siguientes códigos: · Castro de Somorro: 09/431/2010/02-01/nº registro · La Torre: 09/431/2010/02-02/nº registro · Castillo: 09/431/2010/02-05/nº registro · San Blas: 09/431/2010/02-06/nº registro · San Felices: 09/431/2010/02-08/nº registro · Vega Bajera: 09/431/2010/02-11/nº registro En este sentido es necesario señalar que todas las piezas puestas en relación con alguno de estos yacimientos, se ha realizado en base a las anotaciones que de manera voluntaria y tras donaciones particulares, constan en la Casa del Concejo junto a las propias piezas. En cuanto a los restos de estos enclaves, mayoritariamente se trata de piezas cerámicas clasificadas siguiendo un orden establecido –bordes, fondos, fragmentos de pared decorados y lisos-. Tras estas se ha inventariado el resto de elementos latericios –tégulas o fragmentos de ladrillos fundamentalmente- y, finalmente otro tipo de elementos: pétreos y elementos metálicos (Anexo I). Junto a los materiales procedentes de estos enclaves, se encuentran depositadas otra serie de piezas, donadas igualmente por vecinos de la localidad, cuya procedencia concreta no puede establecerse o ponerse en relación con enclaves del IAP. Se trata básicamente de elementos pétreos –algunas estelas y elementos de decoración arquitectónica- (Anexo I) que se han identificado siguiendo el criterio señalado, en este caso con la ausencia de la clave identificativa del IAP, quedando del modo siguiente: 09/431/2010/nº registro. III.1. Análisis de los materiales arqueológicos inventariados. VEGA BAJERA (09/431/0002/11) Abordando de modo sucinto el estudio de los diferentes restos materiales depositados, hay que señalar que una parte importante de los mismos procede del yacimiento VEGA BAJERA (09/431/0002/11) para el que la ficha del IAP aporta una adscripción cronocultural “Altoimperial-Tardorromano posible”. De este enclave procede una importante colección de cerámica de clara cronología altoimperial. Entre esta destaca sin duda el lote de T.S.H. Se trata de piezas en general de muy buena calidad, de pastas generalmente rosáceas que incluyen finas partículas de calcita y barnices, rojizos o de tonalidad marrón- achocolatada, en general densos y brillantes. Desde el punto de vista formal, el elenco de formas constatadas es amplio, abarcando un amplio espectro cronológico. Contamos así con formas características de los primeros compases de las producciones hispánicas como es el caso del cuenco carenado Hisp 29 o del vaso de paredes rectas Hisp. 30. Junto a estos vasos comparecen también abundantes fragmentos asimilables al característico cuenco de perfil hemiesférico Hisp. 37, que comienza a facturarse a partir de época flavia (hacia el 70) para perdurar durante los siglos II y III, evolucionando posteriormente hacia el tipo tardío. Estos cuencos se presentan mayoritariamente en su perfil más habitual aunque también hay que señalar la presencia de alguna pieza de borde almendrado (Hisp. 37b) variante que no parece que pueda perdurar más allá de los primeros compases del s. II. (ROMERO, 1985 ROMERO, 1998 ROMERO y RUIZ, 2005) (LÁMINA 1.1 y 3) Las decoraciones que orlan estos vasos abarcan igualmente un amplio lapso cronológico. Contamos así con claros ejemplos asimilables a los tres grandes estilos sistematizados para estas producciones: imitación gálico, metopas y círculos (LÁMINA 1.5, 6 y 7). Cronológicamente hablando el más temprano de ellos es el de imitación gálica, representado en nuestro caso por un fragmento de pared correspondiente a un cuenco Hispo 29 en el que se diferencian dos frisos de finas guirnaldas. Mucho más abundantes resultan los esquemas metopados presentes en vasos del tipo 29, 37 o 30. Se trata de piezas de indudable calidad en las que, en el interior de espacios compartimentados por series de ángulos y bastoncillos verticales, se representan finos punzones no sólo vegetales –rosetas, palmas o palmetas- sino también figurados. Reconocemos así la presencia de diversos tipos de ánades o patos y de cuadrúpedos, como liebres, cánidos o ciervos. Hay que destacar incluso la presencia, en un pequeño fragmento de pared, de parte de una figura humana con coraza y lanza. En cuencos identificables, lógicamente, con el tipo 37 documentamos esquemas característicos del esquema de círculos. Contamos así con piezas en las que se representan círculos de amplio diámetro, al modo de los medallones de las piezas sudgálicas, en cuyo interior se documentan punzones vegetales –rosetas generalmente- o animales -ánades-, que conviven con otras en las que se suceden círculos concéntricos, sogueados, lisos y/o segmentados de menor diámetro, de cronología ligeramente posterior. Resulta frecuente que estos elementos circulares se encuentren separados por bastoncillos o columnas verticales rematadas en cimacios triangulares o, en menor medida, en pequeñas palmetas de formas también triangulares. Para completar el panorama decorativo, y al margen de estos tres grandes estilos, hay que señalar también la presencia de una pieza que presenta un friso con decoración de rombos en resalte, decoración ésta que resulta característica de un momento avanzado del s. II. Junto a estas piezas decoradas conviven otras asimilables a formas lisas, entre las que volvemos a constatar la misma disparidad cronológica (LÁMINA 1.2). Contamos así con algunos fragmentos de bordes correspondientes al cuenco Hisp. 8, de amplia perduración cronológica y con algún fragmento de borde correspondientes a los tipos Hisp. 10 o al plato Hisp 15/17, este último de un perfil muy abierto encuadrable ya en el s. II. Junto a estas piezas comparecen algunos fragmentos de fondos de copitas, de pie muy destacado, que sin duda han de corresponder a perfiles asimilables a los tipos Hisp 24/25 o 27, en cualquier caso de pequeño tamaño y cronología que no creemos en ningún caso que pueda exceder el s. I de nuestra era. Una de estas piezas presenta al interior, en el fondo, un sello de alfarero enmarcado por una pequeña cartela rectangular, lamentablemente ilegible (LÁMINA 1.4). Finalmente hay que destacar la presencia de una copa del tipo Hisp 35 que, tanto por las características de pasta y barniz como por su perfil –borde vuelto recto o incursado hacia arriba y sin decoración a barbotina- ha de corresponder a un momento avanzado del s. II sino ya al tercero (LÁMINA 1.2, pieza nº 5). En definitiva, se trata de un conjunto que incluye piezas de variada cronología, encuadrables entre los primeros compases de la segunda mitad del s. I –representada por esos cuencos carenados 29 o por las decoraciones de imitación gálica- y los siglos II o incluso III, valorando la presencia de esa copa Hisp. 35. El grueso de las piezas sin embargo podrían encuadrarse perfectamente en contextos de época flavia o ligeramente posteriores: último tercio del s. I- primeras décadas del s. II. Junto a estas piezas de sigillata comparecen también otros tipos cerámicos. Se encuentran depositados así algunos fragmentos asimilables a las producciones de cerámica de tradición indígena, de pastas anaranjadas bien depuradas y compactadas. Desde el punto de vista formal se reconoce la presencia de al menos tres recipientes cerrados de perfil globular, de borde exvasado y corto cuello marcado (LÁMINA 1.8). Muy significativa, y muy habitual en los contextos altoimperiales, resulta también la presencia de algunos fragmentos correspondientes a fustes de copas que representan en algún caso perforados al interior. Dos de estas piezas presentan una marca en forma de aspa al exterior. Otra de ellas presenta molduras en forma de estrías concéntricas (LÁMINA 1.9). Por último se documentan también producciones de cerámica común. Destacan los tipos de tosca factura, de pastas mal decantadas que incluyen partículas de mica y cuarzo. Desde el punto de vista formal se reconoce la presencia de una de las características ollas de borde exvasado, corto cuello marcado y arranque de pared globular, de una cazuela de borde vuelto horizontal y pared globular y, en pasta ligeramente mejor depurada, de un fragmento correspondiente a una jarra de borde trilobulado. Se encuentran depositados también tres fragmentos de bordes correspondientes a grandes vasos de almacén de perfil globular (LÁMINA 1.10). De este yacimiento proceden también cuatro pondera de perfil troncocónico, decoradas en dos casos con aspas en la cara menor (LÁMINA 1.11). Son abundantes también los fragmentos de tégulas, de pestañas de sección trapezoidal y los ladrillos macizos que presentan diferentes incisiones y líneas marcadas con los dedos. Claro indicador de la importancia del yacimiento, y de su identificación funcional como villa, resulta la presencia de dos grandes fragmentos de mosaico, en los que alternan, en un esquema geométrico, teselas blancas de caliza junto a otras de tamaño ligeramente menor de tonalidad negruzca (LÁMINA 2.1). Asimismo se encuentra depositado también parte de un tambor de columna que lógicamente incide en el importante status del enclave. Finalmente hay que apuntar también la presencia de algunas piezas de molino circular (cama y solera) de granito procedentes de este enclave (LÁMINA 1.12). CASTILLO (09/431/0002/05) Mucho menos abundantes resultan las piezas procedentes del yacimiento de CASTILLO (09/431/0002/05), para el que se aporta una adscripción en la ficha de inventario de “Pleno/bajomedieval segura”. De aquí procede un conjunto de piezas cerámicas de pastas marrones depuradas cubiertas al exterior con ligeros engobes marrones (LÁMINA 2.3). Se documentan algunos fragmentos de cuello o borde con arranque de amplias asas de cinta con acanaladura central que han de corresponder a piezas cerradas así como un fragmento de asa con punteado impreso. Junto a estas se documentan también producciones esmaltadas, de pastas similares a las anteriores y superficies cubiertas con vidriados verdes correspondientes igualmente en general a formas cerradas (LÁMINA 2.2). Algunas de estas piezas se encuentran decoradas, bajo el esmalte, con líneas incisas rectas o, en un caso, una sola línea ondulada. Este tipo de producciones esmaltadas no comparecen en contextos del norte peninsular hasta el s. XIV (MATESANZ, 1995), cronología esta, bajomedieval, que parece acertada para las piezas depositadas, a juzgar también por la presencia de esa asa punteada, recurso este muy habitual por ejemplo en los contextos bajomedievales de la ciudad de Valladolid (VILLANUEVA, 1998). Como procedentes de este yacimiento se encuentran también depositadas cuatro tuberías de cerámica en buen estado de conservación, de grandes dimensiones y cierre machi-hembrado, que se encuentran revestidas al interior con vidriado melado, así como cuatro proyectiles pétreos esféricos de diámetros que oscilan entre los 22 y los 39 cm (LÁMINA 2.4). CASTRO DE SOMORO (09/431/0002/01) Un lote reducido de las piezas depositadas procede del yacimiento de CASTRO DE SOMORO (09/431/0002/01), para el que se aporta una cronología “Hierro II, Altoimperial, Alto y Plenomedieval posible”. Las piezas cerámicas depositadas en la casa de la villa resultan sin embargo de clara adscripción tardorromana. Se trata de tres fragmentos de T.S.H.T, de pasta anaranjada y barniz muy endeble también anaranjado (LÁMINA 2.6). Se trata de un pequeño borde, de un fondo plano con pequeño umbo central, correspondiente posiblemente a una botella, y de un fragmento de pared, sin barniz al interior, con un esquema característico del segundo estilo decorativo. Se trata de un doble círculo o semicírculo concéntrico relleno de línea quebrada en zig-zag. Este tipo de piezas resultan perfectamente encuadrables en lo que Juan Tovar ha dado en llamar segundo ciclo expansivo de la T.S.H.T encuadrable ya a partir del último tercio del s. IV (JUAN TOVAR, 2000). De este yacimiento proceden también dos gruesos fragmentos de pavimento de opus signinum, así como dos molinos de vaivén, una piedra que parece haber sido utilizado como mano de molino y un fragmento de molino circular de granito (LÁMINA2.5) SAN FELICES (09/431/0002/08) Del yacimiento de SAN FELICES (09/431/0002/08), de adscripción “Tardorromano posible y Visigoda, Alto-pleno y bajomedieval segura” procede un fragmento de ladrillo plano y una tégula de pestañas de sección pseudotrapezoidal (LÁMINA 2.7). Asimismo se documenta parte de la basa de una columna y un bloque prismático pétreo con un amplio rebaje circular en una de sus caras. Por último procede también de este yacimiento parte de un epígrafe muy fragmentado y deteriorado en el que apenas si alcanzan a diferenciarse algunas letras (Ver ficha epigráfica). SAN BLAS (09/431/0002/06) De la antigua ermita de SAN BLAS (09/431/0002/06), de adscripción “Moderna posible, Contemporánea segura” proceden cuatro fragmentos de capiteles. Presentan forma semicircular estando rematados por un cimacio circular y remate fusiforme compuesto por 5 o 10 nervios torneados sobre sí mismos (LÁMINA 2.8). LA TORRE (09/431/0002/02) Del yacimiento de LA TORRE (09/431/0002/02) de adscripción “Tardorromana y Plenomedieval posible” se encuentran depositadas dos piezas que, al parecer, se recuperaron dentro de un aljibe presente en el yacimiento, y que sin duda hay que interpretar como aportes muy posteriores. Se trata de un odre de cuero y de un peine de hueso de diferente matriz en sus dos laterales útiles. Otros Junto a estos materiales, se encuentran depositadas algunas otras piezas de las que se desconoce su procedencia. Es el caso de una serie de epígrafes, en algún caso de clara adscripción romana (ver fichas epigráficas) y en otros de momentos muy posteriores de una estela discoidal con roseta de seis pétalos, de base troncocónica de otras piezas pétreas como un bloque prismático con amplio rebaje cónico al interior (posible cantarera?. (LÁMINA 2.11) un capitel de alabastro decorado con gruesas hojas de acanto, que parece haber sido reutilizado como contenedor posiblemente de agua, a juzgar por el rebaje circular que presenta (LÁMINA 2.12) parte de un molino de granito de grandes dimensiones o un bloque pétreo con rebaje interior utilizado como canalización procedente, según reza en la leyenda, del Real Hospital de San Antonio Abad (LÁMINA 2.10). Esta procedencia se aporta también para una gran tinaja de borde envasado, cubierta al interior con vidriado melado (LÁMINA 2.13), y para una reja de hierro forjado rematada en el frontal con una cruz, flanqueada con elementos en espiral (LÁMINA 2.9). Finalmente se encuentra depositada una escudilla de cerámica, propiedad de uno de los vecinos de la localidad. Se trata de una pequeña pieza de 13 cm de diámetro con vidriado verde jaspeado al interior y cuya cronología podría remontarse al s. XVIII. IV. CONCLUSIONES El inventario y análisis de los restos arqueológicos depositados en la Casa del Concejo, ha permitido: • solventar la ausencia de registro arqueológico que de cara a la administración existía hasta el momento • obtener un mayor conocimiento histórico-arqueológico de restos hallados y por tanto de los enclaves del entorno de Villafranca Montes de Oca: • conocer que, al menos la mayor parte de los restos, fueron hallados de manera casual en yacimientos del entorno, muchos de ellos conocidos y registrados en el IAP, no pudiendo determinar si algunos de estos restos pudieran proceder de excavaciones arqueológicas (con permiso de excavación) realizadas en enclaves arqueológicos del entorno. • que los restos custodiados en este lugar ha sido fruto mayoritariamente de donaciones particulares. Por tanto, tras dar cumplimiento mediante el presente documento al acuerdo de la CTPC, será este órgano competente en materia de Cultura, el que determine, si lo estima necesario, adoptar nuevas medidas de cara a garantizar la salvaguarda del Patrimonio mueble depositado en la Casa del Concejo de Villafranca Montes de Oca.

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RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN FÉLIX DE VILLAFRANCA MONTES DE OCA

RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN FÉLIX DE VILLAFRANCA MONTES DE OCA

Localidad: Villafranca Montes de Oca RUINAS DE LA IGLESIA DE SAN FÉLIX DE VILLAFRANCA MONTESDE OCA A pie de monte, en un bello paraje, se localiza la villa de Villafranca Montes de Oca, paradafundamental en el Camino de Santiago para los peregrinos antes de enfrentarse a la dura travesía delos Montes de Oca. Al nordeste de la villa se alzan solitarias las ruinas del antiguo monasterio de SanFélix de Oca. Su fundación debió ser muy antigua. La primera referencia documental data del año863. En ella se afirma que San Félix de Oca fue engrandecido por el abad Severo y el conde DiegoRodríguez Porcelos, quien, según la tradición, fue enterrado entre sus muros.En la alta y plena Edad Media el lugar se incluía en el alfoz de Oca, y como tal aparece en elBecerro Gótico de Cardeña del año 964. A partir del año 1049 perteneció al monasterio de San Millánde la Cogolla, apareciendo citado por primera vez en un documento apócrifo.Los escasos restos del monasterio que aún se conservan son de clara cronologíaprerrománica. Lo único que queda en pie es parte de la iglesia, en concreto un trozo de la cabecerade planta cuadrada, que se cubría con cúpula y a la que se accedía a través de un arco triunfal deherradura. Gracias a las excavaciones se sabe que el templo era de planta basilical y que suscimientos eran de época visigoda. San Félix de Oca (Villafranca Montes de Oca) - YouTube

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Ermita de Nuestra Señora de Oca

Ermita de Nuestra Señora de Oca

Localidad: Villafranca Montes de Oca La ermita de Nuestra Señora de Oca se encuentra aguas arriba de la localidad de Villafranca. En Oca, los romanos pudieron utilizar dos emplazamientos en altura ocupados ya en la Edad del Hierro y que también pudieron ser lugares estratégicos en la Edad Media. Se trata de los denominados castro de Somoro y castro de la Pedrera. El primero se sitúa en la margen derecha del desfiladero del Oca, entre Villafranca y el despoblado de Alba, en sendos emplazamientos en altura a unos 1.104 y 1.096 metros respectivamente. Los dos presentan excelentes condiciones defensivas, sobre todo el de la Pedrera, que se sitúa en un cerro muy destacado aislado por fuertes pendientes. Parece ser que estuvo circunvalado por una muralla. Quedan restos de diferentes estructuras y entalles en la roca y evidencias de cinco torres en el flanco occidental y de otra en el flanco oriental. Algunos autores dicen que aquí pudo estar situada la ciudad autrigona de Auca. Origen tardorromano como recinto militar puede tener el lugar denominado la Torre, situada auna altura similar a los anteriores en un crestón calizo sobre el despoblado de Alba, con acceso muy difícil, incluso imposible por algunas zonas. Se han documentado restos de muro de mampostería de caliza y arenisca de 10 metros de largo por 3 de ancho, que pudo pertenecer a una torre, así como restos de ladrillo macizo y un aljibe de unos 6 metros de profundidad con sus paredes reforzadas con sillares. También se han localizado otros restos romanos, en este caso de villae o asentamientos rurales en la vega del río Oca, concrétamente en los términos de Vega Bajera y Carcavilla. En el primero lo que se ha hallado han sido restos constructivos como teja curva, sillares de arenisca, un fuste de columna, etcétera. Respecto al segundo tal vez lo más interesante sea que también hay restos más antiguos, posiblemente calcolíticos, consistentes en fragmentos de cerámica a mano. Villafranca fue siempre un lugar de cruce de caminos desdela Antigüedady Alta Edad Media hasta tiempos modernos,a lo que se sumará, superponíendose, la ruta jacobea que realzará más si cabe la larga historia caminera precedente. Otro dato que debemos tener en cuenta es que fue sede episcopal desde tiempos visigodos. Uno de sus obispos, Asterio, asistió a uno de los concilios de Toledo, pues figura en las actas conciliares como obispo de Oca. Tampoco deberemos olvidar la leyenda que nos cuenta que el primer obispo de la diócesis aucense, San Indalecio, está enterrado en una de las fuentes que brotan donde se ubica la actual ermita de Nuestra Señora de Oca. El traslado de la sede episcopal de Auca a Gamonal y, posteriormente a Burgos en el año 1075, hará que a partir de ese momento se pierda el complejo episcopal, del que no hay acuerdo sobre el lugar que ocupó.

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